El pasado 26 de febrero el equipo de Huella Ecológica de Goiener Elkartea nos citó en el puerto de Azkarate, entre Azkoitia y Elgoibar. Allí nos reunimos, procedentes de diferentes lugares del País Vasco, más de 20 personas voluntarias y trabajadoras de Goiener Taldea.
Aunque la energía que genera y comercializa Goiener es renovable, somos conscientes de que nuestra actividad diaria genera una huella ecológica. Hace tiempo ya que en Goiener Taldea nos preocupa el tema de compensar nuestra huella y es el Grupo de Huella Ecológica el que se ha encargado ahora de empezar a hacer realidad esta deuda. Para ello hemos tenido como compañera de viaje a la fundación sin ánimo de lucro Lurgaia.
Esta fundación también participó en un encuentro anterior de grupos de trabajo de Goiener Elkartea en noviembre de 2020, y nos dejaron claro que no se trata sólo de compensar la huella ecológica que generamos. Los que nos acercamos a Azkarate pudimos ver de primera mano como están devastadas las montañas circundantes tras la matarrasa realizada de pinares insignis o en su defecto recien plantadas por monocultivos de jóvenes eucaliptos. La iniciativa del sábado también tuvo parte de intentar recuperar y reivindicar nuestro bosque autóctono.
Antes de empezar a trabajar recibimos sendas charlas, por un lado de la mano de Oscar Padura, de Goiener, y por otro, de Cristina Jeronimo y Javier Fanco de Lurgaia. Nos informaron sobre las diferencias entre las plantaciones de monocultivo ordenado y el bosque atlántico natural; el daño que producen las pistas de explotación de plantaciones; cómo el bosque se suele recuperar de forma natural; que la zarza y la argoma no «ensucian» el monte, que son los primeros pasos para que se genere bosque atlántico; la importancia de seleccionar semillas y plantas locales; qué hábitos de alimentación tienen los corzos; como plantar…
Posteriormente ascendíamos desde el alto del puerto de Azkarate hacia la cima del monte con el mismo nombre, donde a partir de ahora se ubicará Goiener Basoa. Una parcela de 11,4 Ha. que en un futuro se combertirá en bosque atlántico. Para empezar plantamos 50 acebos, 35 abedules y 15 robles. Sabemos que no son muchos, pero nos dimos cuenta de que ya había acebos que habían comenzado a salir por si solos. El bosque no crecerá tan rápido como las plantaciones de eucalipto de la zona, pero tenemos claro que tendremos nuevas citas para ayudar a conservarlo y para realizar nuevas plantaciones de especies autóctonas.
Como viene siendo habitual en todos los actos de Goiener Taldea, el plan matinal concluyó con un merecido almuerzo en el cercano barrio de Madariaga.